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Durante las últimas dos semanas del 2021 se produjeron algunos acontecimientos que podrían afectar las finanzas de varios sectores de la industria en México.

En el plano internacional, el gobierno chino anunció la disminución del 11% de sus importaciones de petróleo destinadas para su industria, un movimiento que resulta extraño en sus aspiraciones para lograr una pronta recuperación de su economía.

Ahora bien, la repercusión que esto podría tener en México es que una ralentización de la industria china provocaría que varios productos y materias primas que se importan de la “Tierra del Dragón” arriben de manera tardía a los puertos mexicanos y varias líneas de producción se verían obligadas a efectuar paros.

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Otra noticia que puso a temblar a la industria global fue el anuncio de que durante todo el mes de enero Indonesia, uno de los mayores productores de carbón, prohibirá las exportaciones de este ante el temor a un gran apagón.

Sin dicha fuente de energía varias centrales eléctricas en el mundo se verían afectadas y entonces el suministro eléctrico se destinaría solo actividades industriales consideradas esenciales para las economías, lo cual también golpearía a varios sectores.

En el acontecer local, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, anunció que en 2023 el país estaría en condiciones de poner fin a las exportaciones de crudo, ya que este sería destinado para cubrir la demanda interna una vez lograda su refinación.

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De llevarse a cabo dicha iniciativa, el peso de la generación de capitales a la economía recaería en sectores como el automotriz. Sin embargo, el propio gobierno le ha cerrado el camino a las energías renovables para generar la energía que se requiere en varios sectores de la industria y de no echar abajo la denominada Reforma Eléctrica, la administración del Gobierno de la Cuarta Transformación prácticamente, en términos coloquiales, se estaría dando un balazo en el pie.

Por otra parte, antes de la celebración de Navidad, surgió el anuncio de que el gobierno de Canadá se uniría al de México en la disputa con Estados Unidos para revisar a detalle las reglas de origen impuestas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y que presumiblemente benefician más a la industria del vecino de “las Barras y las Estrellas”.

Y para cerrar con broche de oro, se registraron un par de controversiales anuncios del gobierno federal.

El primero tiene que ver con que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) ejercerá un control más estricto con su base de contribuyentes, entre ellos las empresas que le dan soporte a la industria del país.

En este sentido se revisarán más detenidamente las operaciones de las compañías con auditorías sorpresivas en caso de que el SAT lo determine y si se detectan anomalías se sancionará con multas que podrían ser millonarias.

La cereza del pastel con que se celebra la llegada de un nuevo año tiene que ver con la actualización del Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS), que simplemente significa un aumento en el precio de la gasolina, el cual será trasladado directamente al costo de la mayoría de los productos y servicios.

Con ello se espera una escalada de precios en la mayor parte de la producción industrial, pues de paso el 2022 también inicia con un aumento al salario mínimo de millones de personas que laboran en las factorías.